Noche Perversa

Imagen de Artie Navarre en Pixabay.

Por fin llega la noche y el parque se viste de sombras y brumas. La ausente luna parece remisa a alumbrarlo. Solo algunas lámparas, titilantes, tímidas, apenas suficientes, penetran la tenebrosidad.

Como cada viernes, el empecinado lector aparece, bien embutido en su gabán, y se sienta en uno de los bancos, el que está escoltado por dos de las farolas. Dedica algunos segundos a pasear su mirada por el entorno, sin conseguir vislumbrar nada, se frota las manos, en un inútil ademán para calentárselas, y saca de su bolsillo el pequeño libro que nunca termina de leer.

Solo pasan un par de minutos cuando las bombillas empiezan a parpadear, primero desparejas y casuales, luego juguetonas y maliciosas; solo le ha dado tiempo a leer unas pocas páginas. Suspira, espera con infinita paciencia que vuelvan a lucir, e intenta seguir algunos párrafos. A duras penas consigue concentrarse y terminar el capítulo. Aún se pregunta por qué sigue intentando venir al parque para leer, pero es el único lugar en el que tiene una tranquilidad completa para hacerlo. Sin televisión, sin comentarios inoportunos, sin ruidos impertinentes… A veces, tiene suerte y consigue nutrirse con un buen trozo de historia.

—Mañana será otro día —comenta a media voz, a sabiendas de que no podrá regresar hasta el siguiente viernes.

Guarda el libro, de nuevo, en su bolsillo, se levanta, le sube el cuello al abrigo y regresa a su asilo; allí al menos se está caliente y la sopa no está tan mala.

No pasa mucho tiempo cuando aparece otra víctima de la noche. Este no trae abrigo, con abatida esperanza se enfrenta al frío con su ropa raída y escasa. Elige otro banco, más alejado de los focos, prefiere oscuridad, dado que el banco será el duro e incómodo vehículo que intentará llevarlo por sus sueños incompletos.

De una bolsa de basura, que porta como si fuera su más preciado tesoro, saca un puñado de periódicos que le servirán de colchón y resguardo. Los distribuye por el banco, los alisa, los recoloca con esmero y se cuesta encima. Coge otros pocos y se los coloca dentro de la gastada chaqueta. Finalmente, saca de la bolsa algo parecido a una manta, con tantos boquetes que no se puede atisbar ni el dibujo que tuvo originalmente, y se la echa por encima. Afortunadamente, no es una de las noches más frías del año, si no, tal vez, su sueño se prorrogaría indefinidamente.

Cuando comienza a disfrutar de su otra vida, —comida, techo, protección, sonrisas…—, una ráfaga de viento le arrebata su aventura onírica y la triste burla de edredón. Se levanta de mal humor y persigue al infame trapo por medio parque, lanzando maldiciones al negro firmamento; parece que tuviera vida propia. Finalmente, será una noche demasiado gélida y ausente de sueños.

Por otro lado del parque aparece una anciana con su perro. Es difícil dilucidar cuál de los dos es más viejo. El parque está bastante solo y sombrío, pero le queda demasiado cerca de su casa y el animal necesita algo de ejercicio y soltar lastre. Sabe que el entorno se vuelve inquieto y medroso, pero sus viejas y cansadas piernas no le permiten ir demasiado lejos. De todas formas, no durará mucho la aventura, tampoco su compañero está para muchas carreras.

Como la mujer temía, no tarda en comenzar la fiesta. Un gato, más viejo que los dos juntos, sale espantado de unos matorrales. Maullando frenético pasa raudo ante los hocicos del chucho. Este, imbuido de su carácter genético, no puede resistirse a perseguirlo. Su dueña, con dicha, no aferra a tiempo la correa, si no, habría sido arrastrada por su bravucón compañero, que se pierde entre unos arbustos y la obliga a salir tras él. El leve paseo se convertirá en una lenta y calamitosa persecución, de ambos. ¿Qué habrá hecho que el inoportuno gato salga asustado en ese preciso instante?

A lo largo de la noche, acontecerán más incidentes que alterarán la apacible y deseada calma del parque, y la de todos los que buscan su quietud. Dicen que son los espíritus que habitan en él: fantasmas de infelices que terminaron allí su desventurado camino, ánimas que se divierten gastando travesuras a los que persisten en volver al lugar.

Me rio a grandes carcajadas mientras contemplo con insolencia la maqueta. Nadie me escucha, nadie me ve, nadie sabe de mi existencia. Cuando hablan de maldición, no se imaginan que soy yo la perversidad en persona, la ruindad que se divierte a costa de las gamberradas que les aflijo.

No hay mayor satisfacción que ser (como) un Dios.

Sin embargo, a pesar de comportarme con tal vileza, todavía hay quienes me rezan e idolatran.

Relato escrito para la propuesta literaria del VadeReto de este mes:
Escribe la historia que te inspira la imagen propuesta.

P.D.: Cabecera creada a partir de Imagen de Henryk Niestrój en Pixabay.

P.D.2: Si veis cualquier errata, incongruencia, algo que os chirría… No dejéis de comentarme. Por muchas revisiones que haga siempre se me colará alguna. Gracias.

36 comentarios en “Noche Perversa

  1. Hola José, un cuento que acaba fuertezón… ¿Quién es el autor (a) de las «bromas» gastadas a estas pobres almas? ¿La diosa Fortuna?, ¿algún dios que nunca superó la etapa adolescente y que gusta de estos divertimentos…?

    Me gustó mucho tu propuesta. La narración tiene muy buen ritmo y buenas descripciones. El final es de lo mejor. Enhorabuena…

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    • Hola, Ana.

      Esa es la gran cuestión.

      En este caso, no voy a dar pistas a las posibles respuestas. Quiero que seáis vosotras las que déis interpretación a mi propuesta. Porque, sí, ese final lleva toda la intención.

      ¿Tú qué crees que quiere mostrar el relato? ¿De quién o quiénes habla? No hay respuesta buena o mala. Solo libre interpretación.

      Muchas gracias por tus comentarios.

      Abrazo grande.

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  2. Hola José Antonio, los dioses siempre haciendo de las suyas… Y qué palo más grande les das al final.

    Un cuento que empieza despacio y va subiendo en ritmo e intriga hasta que al final te deja con la boca abierta. Muy bien narrado y logrado ese efecto.

    Un abrazo. 🙂

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    • Hola, Merche.

      Como le he comentado a Ana, el relato es de libre interpretación. ¿Hablo de Dioses o de pesonas que se creen dioses? ¿Es una crítica, una reflexión, una sátira? ¿Hay mensajes ocultos?

      Me encantaría leer vuestras interpretaciones.

      Muchas gracias por tus comentarios.

      Abrazo grande.

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  3. ¡Hola, J. Antonio!

    Muy curioso este relato….

    Interpreto que si al final mencionas que le rezan, sólo puedes referirte a Dios. Dios que lo gobierna todo, que lo rige todo, lo bueno y lo malo. Al diablo también le rezan los satanistas, pero por norma no se idealiza.

    Sería una idea que va más allá de los arquetipos usuales, posiblemente irónica o atea, pero me queda la duda…

    También pensé en un espíritu maligno, pero entonces no encaja lo de rezarle.

    El relato me gusta mucho en toda la parte descriptiva. Siniestro, siniestro, no es; sí malillo, gamberrete el personaje invisible… un poco como un niño rabiosillo y malcriado, metiéndose con los mas débiles, al que dan ganas de ponerlo a dormir al raso en pelotas una noche como la que describes.

    Me gusta mucho el ritmo, el ángulo externo del espectador que contempla el devenir de los personajes descritos con pinceladas muy buenas. La parte descriptiva; cada adjetivo, tan bien colocado, que le da colorido, riqueza y hasta cierto humor al texto. Yo lo llamo estilo, tu marca de escritor.

    Un abrazo grandote 🙂

    Maite-vol-voltereta

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    • Hola, Maite.
      Es una interpretación que encaja con la posibilidad del texto. Pero, ¿a los espíritus no se les reza? ¿A Satan no se lo idolatra? Yo conozco gente que hace las dos cosas. Ya sabes, para gustos…
      Dejaremos que la familia acervolense haga más interpretaciones. 😜
      La verdad es que en el borrador inicial fui más malvado. Luego terminé suavizando las gamberradas. Soy demasiado bondadoso con mis personajes. Tengo que sacar al diablo interior y cambiar esto alguna vez. Veremos.
      Muchas gracias por tus piropos son un grandísimo regalo.
      Abrazo gordo Miss Theresa. 😉🤗

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      • Es verdad, a Lucifer lo adoran los luciferinos, y seguramente lo rezan… ¿será Lucifer??

        Ya nos tienes en vilo… jaja.

        A mi me gusta que sólo sea gamberrete, con una buena zurra se arregla 🙂

        Oh, pero no saques diablos interiores en tus historias… porfa, dejarían de ser tan entrañables y simpáticas!! 😉

        Un abrazo más gordo 🙂

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    • Jajaja. ¿Yo las cosas fáciles? Con la de vueltas que le doy siempre a los relatos. 🤦🏻‍♂️
      Bueno, en realidad, como digo más arriba, este relato tiene distintas posibles interpretaciones. ¿Cuál es la tuya? 😜
      Gracias por tus comentarios.
      Abrazo grande.

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      • Como le rezan, puede ser un dios que hace trastadas. No tiene porqué ser el dios cristiano, aunque la mayoría dé por hecho que es él o su dupla, el diablo… No tengo ni idea.

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        • Como ya he dicho en algún comentario, no hay respuesta buena o mala en la interpretación. El relato está hecho para que cada uno lo lleve a su terreno y le saque el jugo que quiera. 😜

          Eso sí, te comento que hoy en día no solo se adora a los dioses o demonios, cualquiera ser «terrenal» puede conseguir seguidores, adeptos, discípulos o fanáticos. Es más, cuánto más perverso, más ignorante o más mentecato, más influencer puede ser considerado.

          Abraaazoooo

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  4. Parecen ser vidas lastradas por una situación de olvido o cuasi abandono y que hay alguien que maneja los hilos de las mismas. La maqueta,es decir, el parque en la noche, ha debido disponerla así un alma vigilante de esas otras almas que parecen perdidas en la adversidad.

    Enigmático y magníficamente redactado, José Antonio.

    Un abrazo.

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    • Hola, Marcos.

      Me encanta tu interpretación: El Parque como un teatro de la vida. Algo de eso tenía en mente. 😉

      Hay quien dice que solo somos marionetas de un ente superior, como en Matrix. ¡Quién sabe!

      Muchas gracias por tus comentarios.

      Abrazo grande.

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  5. Hola, Jose Antonio!!

    Qué relato tan increíble!! Me encanta como describes a las diferentes personas que buscan la soledad y el silencio del parque y ese inesperado final, con un dios malvado que juega con las personas tan cruelmente.

    Cuántas veces he pensado lo mismo, que Dios es un ser cruel que juega con todos nosotros. Aunque ahora, lo que pienso es que Dios es un incomprendido que por lo que sea no puede evitar que ocurran cosas malas. Pero eso no quiere decir que sea malo ni perverso, ni que se haya olvidado de nosotros/as. Creo que nos quiere muchísimo y que siempre estará ahí a nuestro lado aunque no podamos verlo.

    En fin, además de disfrutar de cómo has escrito de bien esta historia me has hecho pensar en ese misterio increíble al que algunos llamamos Dios.

    Un fuerte abrazo!!

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    • Hola, Cristina.

      Soy ateo, así que ya te imaginarás cuál es mi opinión. De todas formas, aunque no la comparta, respeto la tuya y tus creencias, por supuestísimo.

      Esta es una de las razones por las que no quiero dar pistas para la interpretación de este relato. Prefiero que cada uno lo vea desde su punto de vista y lo lleve a su imaginación y creatividad.

      Empujar a la reflexión es una de las proposiciones más bonitas de cualquier lectura, así que me regalas un gran piropo.

      Muchísimas gracias por tus comentarios y me alegra que te gustara.

      Abrazo grande.

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  6. Mi querido Jose, esto de llegar tarde a los comentarios, como tengo por costumbre, me permite pasar por encima de lo que ya han opinado otros lectores, con los que estoy de acuerdo en mucho, y centrarme en los detalles que a mi me han llamado más la atención.

    Ocurre que normalmente nos fijamos en la trama, y así comentamos. Es natural, al fin y al cabo hablamos de una historia que hemos leído y después comentamos lo importante, que es lo que esa historianos quiere decir.

    Pues bien, además de eso, que me ha encantado, me fijo en el estilo. Porque tu relato es un verdadero ejercicio de estilo. La prosa fluye, el vocabulario es rico y atractivo, la lectura deja una sensación muy agradable. Esto estaría a un primer nivel, el más evidente. Pero toca profundizar un poco.

    La mayoría de párrafos son muy descriptivos, en coherencia con la trama: ese pequeño dios travieso los cuenta lo que ve, aunque al final descubrimos que eso es lo que el mismo hace, y este elaborado malentendido le da sentido a ese final y a toda la trama: descubrir que el narrador es, a su vez, el autor y verdadero protagonista del asunto. Eso hace que la historia sea coherente, casi creíble: nos has colocado como observadores cuando, en realidad, estábamos dentro de esa mente. ¿Alguien más se ha fijado en esto? Porque estos son los resortes que hacen que todo funcione, experimentar con los ingredientes fundamentales en vez de limitarse a usarlos. En este caso, con un resultado magnífico, tanto, que parece que hasta ahora nadie se ha dado cuenta, y esa sutileza es precisamente lo que distingue a una buena pluma.

    Un gran abrazo!

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    • Hola, Isra.

      Siempre tienes palabras cariñosas y animosas para mis relatos, siempre me dejas en deuda y con más kilos de los que dificultosamente perdí. 😅😝

      Sin embargo, la calidad de tus comentarios va más allá de unos piropos que siempre alegran y reconfortan. Te arremangas camisa y pantalones y te metes en el fango crítico de la escritura. ¡Qué grandísima ayuda y regalo, amigo!

      La verdad es que este relato me resultó muy complicado. Como me suele pasar demasiado, dudé bastante si publicarlo o no. Me surgió la idea por todo lo que estamos escuchando y viviendo estos días. Tantas malas noticias y la gente se limita a verlas como si fuera una película. Es el mal de las redes sociales, aunque no deja de ser un fiel reflejo de lo que gusta y como se regodean de los sufrimientos ajenos.

      Así que, en un principio, estaba escrito con mucha mala baba; luego me di cuenta que no había necesidad de llevar la irritación al papel. Se podía sugerir lo mismo pero con sutileza.

      Sí, has dado en el clavo, amigo. Estamos «viendo» lo que ocurre en el parque a través de los ojos del ¿falso? dios (la fotografía me dio la idea). Estamos «leyendo» lo que él piensa. Efectivamente, él es el protagonista, la gente del parque son solo excusas para conocer el modo y la crueldad de sus pensamientos (que pueden ser reales o formar parte de su imaginación, de ahí lo de la maqueta). Como digo en algún comentario, se pueden cambiar los habitantes del parque por insectos, peces de acuario o gentes del tercer mundo, para el protagonista no importa su naturaleza.

      Prometí no dar interpretaciones, pero creo que, por tu disección del relato, te mereces algunas ideas del porqué, el cómo y demás.

      En definitiva, mi relato quiere llamar la atención de esas mentes perversas que tan de moda están hoy en día, que tan poderosas son y que tienen tantos seguidores y adeptos (adoradores), más allá de si es, realmente, o no, un dios.

      Todo lo dicho queda, por supuesto, expuesto a vuestra crítica o debate. Tal vez mi subconsciente haya dictado otras ideas que se me escapan. No lo sé.

      Con respecto a tus piropos por la escritura, no puedo estar más agradecido. La verdad es que escribo cada relato como si lo fuera a presentar a un premio; le doy más vueltas que al monedero a fin de mes. Pero es que soy así, aunque luego no me vaya a leer ni el perro de mi vecina. Me alegra que mi forma de escribir guste y «parezca» bueno; aunque yo siempre tenga más dudas que la puerta del frigorífico.

      Muchísimas gracias, Isra. Siempre me das un gran empujón en mi continua desidia escritora.

      Abrazo tan grande como tu cariño.

      PD. Te lo comento por aquí porque no tengo otra forma. Me dijiste hace tiempo que lo mismo te perdías y te dejabas caer por Cádiz. ¿Cuándo nos vamos a conocer en persona? No te preocupes que mi cariño es ciego. 😅😜😝

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      • Esa es la intención, amigo mio, todo depende de que me toque algún trabajo por la zona, ultimamente han habido varias cosillas por Ceuta y La Línea pero las pude resolver en el día, seguro que más adelante surge algo y me organizo para avisarte y poder tomarnos unas cañas bien a gusto.
        De momento, abrazos virtuales!!

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  7. Hola José Antonio, el poder del creador… Ni que fuera un carpintero jugueteando con su maqueta. O quizás el tiempo, la vida en si misma y el destino que dirige sin ningún tipo de conciencia. Impresionante relato, muy descriptivo con un final que nos deja en ascuas. Quién mueve los hilos…
    Me encantó. Un abrazo

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    • Hola, Nuria.

      Me encanta que veas al Tiempo como el protagonista, no se me había ocurrido. Creo que es el más temible de los dioses, implacable e inapelable.

      La verdad es que estamos a expensas de «demasiados» dioses.

      Me alegra que te gustara, muchas Gracias por tus comentarios.

      Abrazo grande.

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  8. ¡Hola! ¡Pero qué inesperado final! Primero nos presentas un mundo con una ambientación muy real, como es un parque nocturno y las personas (animales e incluso espíritus) que pasan por él para luego mostrarnos ese desenlace desde un punto de vista muy distinto. La historia crea aquí un gran contraste. ¡Muy buen efecto!

    Un abrazo 🙂

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  9. Hola Jose.

    ¡Ya llego, ya llego! Este mes voy a los trompicones y no logro llegar a todo lo que me propongo. Leo tu aporte al reto y me quedo un poco perpleja. No me gusta leer los relatos de los demás antes de escribir el mío y no me gusta leer los comentarios antes de comentar. ¡Tonterías que tiene una!

    Así que, sin ceder a la tentación de ver qué han dicho los compañeros, vuelvo a leer tu relato y escribo mi comentario que creo es bastante extraño.

    Siento que «Nadie me escucha, nadie me ve, nadie sabe de mi existencia.» define perfectamente a la televisión, porque si escuchas a la gente no ven la 5, no ven tal o cual programa, pero están enterados de todos los chismes.

    «Cuando hablan de maldición, no se imaginan que soy yo la perversidad en persona, la ruindad que se divierte a costa de las gamberradas que les aflijo. No hay mayor satisfacción que ser (como) un Dios. Sin embargo, a pesar de comportarme con tal vileza, todavía hay quienes me rezan e idolatran.» ¡Exacto! He aquí el Dios actual.

    No sé si estoy delirando con las interpretaciones, pero para mí, el personaje del que hablas, es la televisión. Y me parece impresionante la forma como la presentas y la descripción de los asiduos a la noche perversa en que se acomodan entre sombras y brumas

    Bueno, ya me contarás y leeré el resto de comentarios y de aportes.

    Un abrazo grande. Me voy a preparar mi viernes.

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    • ¡Maaarleeen!

      Evidentemente, mi imaginación y creatividad no alcanza la tuya. ¡Qué maravillosa interpretación has hecho! Lástima que no fuera esa mi intención, peeeroooo… como digo siempre… el relato una vez escrito es del que lo lee. Así que… Sí, «tu» historia es maravillosa.

      Es curioso que cuando se habla de dioses o demonios no se meten en ellos a los medios. Hoy en día son más influyentes, o habría que decir dañinos, que todos los ídolos religiosos del mundo. Es de plena actualidad, cómo pueden derrocar gobiernos, acabar con la vida pública de alguien, o hacer creer a todos los ignorantes cualquier bulo que se quiera.

      Como dijo alguien, vivimos la época en dónde podemos estar sobradamente desinformados.

      Muchas gracias por tus interpretaciones, amiga. Siempre das un paso más en el Cuento.

      Abrazo grande.

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      • ¡Joooosseeee!

        Voy a tener que cambiar de dieta, se nota que esta me hace ver visiones extrañas. Acabo de leer los comentarios de los demás y tu disección del relato. Un tema muy acertado y reflexionado.

        Tú te has ido a por los medios y yo a por la televisión, no estamos muy lejos. De todas formas, en ambos casos, totalmente de acuerdo en que: » Hoy en día son más influyentes, o habría que decir dañinos, que todos los ídolos religiosos del mundo». Gracias a ti, por tus relatos y por sacar temas que nos movilizan.

        Un abrazo grandote.

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