—Buenos días, don Emilio.
—Buenos días, señorita Torcaz. Veo que hoy luce radiante y nívea. Parece usted una modelo de anuncios pacifistas. Ilumina la plaza cuando llega y la eclipsa al marcharse.
—Ud. siempre tan galante y zalamero. Me sonroja. ¿Qué tal se presenta el día? Parece que hoy amanece tranquilo.
—No se haga muchas ilusiones, fiel amiga, es domingo y aún anda el sol desperezándose. Los niños todavía remolonean entre las sábanas y sus padres disfrutan de estos apacibles minutos que les deparan para un plácido café. Los perros, tirando de sus dueños, disfrutarán de la aún desierta playa. Y los bebidos y alucinados hace poco que cayeron en brazos del afable Morfeo o San Judas Tadeo, patrón de las causas perdidas.
—¡Qué cosas tiene usted y qué prolífico es hablando, caballero!
—Buena fama tengo de ello, Palomita. Acaso no ve mi pose. Aunque, últimamente diserto para el vacío que la gente ya no se digna ni a levantar su cabeza para mirarme. Y eso que pasé por chapa y pintura hace poco. ¿No ha visto como me luce la levita?
—¡Está usted hecho un pimpollo, don Emilio! La verdad es que la gente siempre anda metida en sus preocupaciones y va siempre muy ocupada.
—¡La gente lo que anda es agilipollada! Solo tienen tiempo para mirar sus teléfonos móviles y envenenarse con las redes sociales. Parecen galápagos arqueados de tanto ir con la cabeza gacha. En un par de generaciones, nacerán niños con los ojos en el pecho, para lo que les sirve el cuello.
—¡Qué exagerao es usted, por Dios!
—¿¡Exagerao!? Mire el que viene por ahí ensimismado en su teléfono, con la nariz metida en la pantalla… Mire el escalón… Mire qué… ¡Madremía! ¡Qué jardazo!
—¡Virgen Santa!
—¿¡Lo ve!? Le ha faltado el canto un duro para llenarse la boca de tierra. Si es que no pueden separar la vista de esos trastos. ¡Con lo bonita que está la plaza! ¡Con lo bonito que es quedar con los amigos a charlar! ¡Con la de niñas bonitas que pasean por aquí! ¡Con los cuerpazos que…!
—¡Relájese, don Emilio! Que no es usted de piedra.
—No se meta usted con mi broncíneo cuerpazo. Que mis lágrimas me cuesta mantenerlo en condiciones. No voy al gimnasio porque la humedad del ambiente me corroe y correr es de cobardes o de tardíos. Así que, trabajo mental, pequeña. No sabe usted lo que hace el Mindfulness ese.
—Sí, sí, claro. Dele usted más bien las gracias a don Eduardo que le forjó su insigne figura. Bueno, tengo que irme ya. Que en la plaza de España dan mejor de comer que aquí y deben estar al llegar los primeros niños con sus generosos convites.
—Vaya usted con Dios, Tortolita. Y, por favor, dígales a sus primos que no me visiten hasta después de sus agitadas digestiones, que ni se dignan a darme conversación, pero bien que me ponen perdida la levita.
—Hasta mañana, don Emilio. Y relaje usted la mano, que cualquier día le va a dar un dejince.
—Hasta mañana, Pichona. No deje nunca la rama de Olivo que está la cosa mu chunga.
Las imágenes han sido extraídas de las siguientes páginas (por orden en la galería):
– Calle Ancha, Castelar, Moret y las palomas.
– CadizPedia, Monumento a Emilio Castelar (Cádiz).
– Artículo en la Wikipedia.
Relato escrito para la propuesta literaria VadeReto de este mismo blog. Consistente este mes en crear una historia con una estatua como protagonista.
P.D.: Cabecera creada a partir de la imagen extraída en GuiaLuz.
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Buenas tardes Jose. Cuando empecé a leer tu entrada, el título me llevó inmediatamente a la localidad de Castelar en la provincia de Buenos Aires. Mis padres habían comprado, cuando éramos chicos, un chalet en Haedo para pasar los fines de semana toda la familia junta. Y como Haedo es contigua a Castelar, muchas veces íbamos paseando por la zona o llegábamos hasta lo que había sido el aeródromo que, según contaban, había sido el mejor aeródromo del país en la década del 20. Pero empezó a quedar cercado por la construcción de chalets y los vecinos se quejaban de las piruetas de los aviadores de la escuela. (Siii, esos mismos vecinos que llegaron mucho después que el campo de aviación). Así murió el aeródromo y quedó la Plaza de los Españoles.
Mi abuelo me contaba cosas de Don Emilio Castelar y de sus discursos revolucionarios, de la hostilidad de la Iglesia, la nobleza, el ejército y las clases altas. Aunque Don Emilio murió cuando mi abuelo era pequeño, como él también era republicano, y luchó en la misma línea, lo admiraba y lo recordaba.
¡Fíjate hasta dónde me has llevado! Me vi sentada en el pasto del chalet de Haedo, frente a mi abuelo, sentado en su silla de paja, escuchándolo hablar y haciéndole preguntas. ¡Menudo viaje!
Por eso, y por mi despiste habitual, ni siquiera me di cuenta de quién era la Señorita Torcaz. Hasta: «Que en la plaza de España dan mejor de comer que aquí y deben estar al llegar los primeros niños con sus generosos convites.» Ni siquiera lo de «palomita» me dio la pista, ¡¡¡pensé que era un piropo a la joven!!! 🤣🤣🤣
Pues nada, que me ha encantado, que lo he vuelto a leer, que me pareció precioso el diálogo, muy propio de un Don Emilio aggiornado, pero manteniendo su elocuencia como orador. Una idea perfecta para nuestro VadeReto de este agosto, que se nos acaba.
Un cariño grande y nostálgico Amigo.
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😂😂😂 Muchas gracias, Marlen.
Aunque más te ha llevado por esos añorados tiempos tu imaginación que mi relato. Pero es un placer si te trajo buenos y alegres recuerdos. Yo solo pude conocer a una abuela que en lugar de contarme batallas me hacía unos manjares que me ponía reondo. 😅😝
La verdad es que la conversación de tus monumentos se me debió quedar revoloteando en el coco y cuando vi a Castelar con la paloma se me vino a la cabeza del tirón el relato. Mi musa anda de vacas y tiene uno que irse a pasear para aclararse las ideas. 😜
Me alegra haber conseguido las intenciones del ocultamiento de la amiga de don Emilio e imaginar un poco su hablar. Conozco algunas historias sobre su dialéctica, pero me debatía entre el cultismo y el gaditanismo. 😅😉
¡Qué bueno que te gustó!
Ya está en el horno el VadeReto de Septiembre. A ver si os gusta.
Un enorme y efusivo abrazo como los que dan las almas errantes y sensibles que después de deambular por miles de mundos vienen a descansar entre los brazos afables de un amigo. (Que diría don Emilio, 😝)
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Ay Don Emilio «¡qué prolífico es hablando, caballero!»
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Me ha encantado tu relato Jasc, primero no me di cuenta que se trataba de una paloma y una estatua, escondiste muy bien para que fuera sorpresa. ¡Qué buen diálogo, sabroso, alegre, del día a día. ¡Qué bonito es usar la imaginación y poder crear estas bellezas! Gracias por este regalo. Saludos.
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Buenos días, Ana.
¡Qué palabras más bonitas!
Qué bueno haber conseguido mi propósito de ocultar los personajes. Siempre me queda la duda de haberlo hecho bien o no.
La verdad es que sí, este mismo diálogo lo podrían haber tenido dos personas de cahne y hueso, una caballa y un cangrejo o un gato y una gaviota, ambos abundantes por nuestro paseo del Campo del Sur.
Me encantó que te gustase. El regalo sois vosotras que me dedicáis estos comentarios tan preciosos.
Un abrazo.
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❤️❤️❤️
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Hola, José. Me has sorprendido al descubrir que no eran dos personas de carne y hueso, y que además has llenado de conciencia y sensibilidad más que muchos… lo dejo ahí, encima practica mindfulness 😜es de los míos.
Me has sacado una sonrisa con tu ingenio y como al final dejas pistas (No voy al gimnasio porque la humedad del ambiente me corroe) para llevarnos a ver que es una estatua a la que has dado vida y su paloma (las digestiones de sus primos) buenísimo.
Por cierto, hay una palabra que está mal en el antepenúltimo párrafo, aunque se entiende: que ni se digan a darme conversación.
Gracias por compartir tu ingenio y gracejo, qué arte tienes.
Un abrazo
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Buenos días, Lola.
Gracias por detectar la errata con esos ojazos que tienes. 👍🏼
¡Corregida! Mira que le pego revisiones, pero ya hasta el corrector está aburrío de mí.
Por favor, no os cortéis por indicarme cualquier fallo que encontréis. Todo lo contrario, así me ayudáis a dejarlo perfe.
No sabes lo feliz que me haces al contarme que te hizo sonreír. Esa era la intención. 😊🤗
Gracias a ti por tus palabras y por el apoyo y colaboración con tus magníficos relatos.
Un abrazo.
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Uy, solo por lo de esos ojazos lo vuelvo a releer por si encuentro otra 😂😂. También prefiero que me digan las erratas incluso si hay algo mal expresado o que no se entiende.
Un abrazo de vuelta
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😂😂😂😂👍🏼😉
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