La Trashumancia del Alma

Siempre quise reencarnarme en Oscar Peterson.

Tener sus manos para transformar el piano en arte; su sensibilidad, para ser capaz de emocionar con su interpretación; su talento, para poder llevar el Jazz a lo más grande; su elegancia y su dulzura acariciando las teclas, como se acaricia la piel de la persona amada; el sentido del ritmo para hacer bailar, reír, llorar, soñar; su grandeza, para no ser olvidado en el tiempo…

En definitiva, sentirme en comunión con mi instrumento y ser el motor y la esencia del grupo.

Ya me veía interpretando su Hymn To Freedom, junto a Ray Brown y Ed Thigpen.

Así que al morir, tuve claro mi camino.

Hice los trámites pertinentes de regeneración, llamé a las puertas indicadas y hablé con las influencias necesarias.

Pero, ¡Ay, iluso de mí! Cuando llegué a la recogida del alma, la cola era tan larga que si esperaba el turno, me caducaría el billete para el viaje, y seguro que terminaría en el cuerpo de un pangolín o un Pongo de Sumatra.

Al final, tuve que conformarme con reencarnarme en un guitarrista anónimo, y aquí estoy, tocando en los subterráneos del metro.

Al menos, no tengo que cargar con el piano.

Imágenes: Túnel del Metro de Peter H en Pixabay; Guitarrista de pngegg.com; edición JascNet.

Relato escrito para la propuesta literaria del VadeReto de este mes:
Crea un relato en donde el JAZZ sea uno de sus elementos principales.

P.D.: Cabecera creada a partir de la Imagen de Igor Ovsyannykov en Pixabay.

P.D.2: Si veis cualquier errata, incongruencia, algo que os chirría… No dejéis de comentarme. Por muchas revisiones que haga siempre se me colará alguna. Gracias.