
Un calor abrasivo inundaba la selva. El humo alcanzaba el cielo presagiando el desastre. Una sirena bramaba acercándose. Hombres llenos de optimismo descendían la esperanza del vehículo. Su auxilio era ínfimo, pero necesario, ineludible, obligatorio. La selva chillaba de dolor e impotencia. Las lágrimas surcaban rostros desesperados. Una niña gritaba con rabia: «¡Nos quemamos!». Y tenía razón. No se quemaba la selva, se quemaba nuestro mañana.
Relato publicado en el Reto «5 Líneas«
de Adella Brac (@adellabrac)
Este reto consiste en escribir, cada mes, un microrrelato en 5 líneas
que incluya las tres palabras propuestas:
(Hombres, sirena y tenía)